Os mostramos la evolución de los albaricoques en uno de nuestros frutales.
Os presento uno de nuestros albaricoqueros, el de más fácil acceso, y que, tras unos años sin cuidarlo, sólo recogiendo sus frutos, podamos hace 2 inviernos para controlar su desmesurado crecimiento, darle forma y que su energía se concentrara en la parte inferior en lugar de crecer en altura y madurar frutos en ramas prácticamente inalcanzables.
Le aplicamos una pasta cicatrizante especial para árboles y la primavera pasada rebrotó con fuerza, dando algún fruto, pero no muchos, ya que normalmente aparecen en ramas o «varas» de 2 años o más.
Este año tuvimos unas heladas tardías cuando nuestro albaricoquero estaba en pleno esplendor. Vimos impotentes como casi todas sus flores se marchitaban y caían, pero dentro de lo que cabe, tuvimos suerte, pues aún quedaban yemas que florecieron y nuestro albaricoquero nos dará aun bastantes frutos esta temporada.
Me hizo gracia una rama en concreto en la que habían aparecido 4 albaricoques juntos y seguidos, y a la que le he hecho unas cuantas fotos a lo largo de estas semanas, que ahora voy a compartir con vosotros.
Todavía están verdes, pero dentro de poco adquirirán su característico color amarillo anaranjado y podremos deleitarnos con su sabor dulce y textura suave y esponjosa.
Lamentablemente perdimos uno de nuestros cuatro albaricoques por el camino, ahora solo quedan 3 en la rama.
Detalle de un albaricoque en el que ha aparecido ya el fruto pero que conserva los restos de la flor, marchita, que los ha originado.
Algo más altos y difíciles de alcanzar se encuentran estos otros albaricoques, que sin duda recogeremos también, aunque para ello tengamos que hacer uso de una escalera.
Iré actualizando esta entrada con fotos más recientes cuando empiecen a coger algo de color y esten a punto para recogerlos.