El 20 de mayo se celebró el primer día de las abejas, establecido por la ONU el año pasado para dar visibilidad e importancia a la conservación de esta especia, cuya labor polinizadora es necesaria para el desarrollo del 75% de los cultivos de nuestro planeta.
Sabemos que la abeja común esta en declive, tanto por los pesticidas que se utilizan para prevenir plagas, que se filtran por las raíces hasta llegar al polen de las flores convirtiéndolo en toxico para las abejas, como por las especies invasoras que aumentan cada vez más su presencia en España, como la avispa asiática, especie hasta 10 veces mas grande que la abeja común que en pequeños grupos pueden acabar con una colmena con facilidad.
La Unión Europea ha decidido hacer algo al respecto y ha prohibido 3 de los pesticidas que se han mostrado mas tóxicos para nuestras pequeñas amigas, que están clasificados como neonicotinoides. En concreto son clotianidina, imidacloprid y tiametoxam, cuyo uso ya había sido restringido en 2013, pero ahora llega su completa prohibición, un autentico respiro para las abejas.
También se ha observado que los modelos de agricultura intensiva, con grandes extensiones monocultivo, son mas propensos a la aparición de plagas, uso de pesticidas y reducción de la población de abejas y polinizadores.
Por otro lado, en lugares donde los cultivos son más diversos y de menor extensión, las abejas tienen mejores posibilidades de sobrevivir, de alimentarse, así como la reducción del uso de pesticidas, ya que se consigue un equilibrio en la fauna insectívora de la zona y la naturaleza se autorregula, haciéndolos innecesarios. Por lo que se apuesta por un modelo de agricultura más ecológica en lugar del modelo industrial que se tiene ahora.
De no ser así, podríamos perder a las abejas, abejorros, escarabajos, mariposas y tantas otras especies de insectos polinizadores, siendo estos insustituibles y haciendo mermar la producción de cosechas a nivel mundial.